lunes, 19 de abril de 2021

SEGUNDO CyT 3era semana 20 abril


SEGUNDO CyT 3era semana  21 abril

                                                BASURA ESPACIAL

 

   Basura espacial, ¿una contaminación lejana?

La ONU alerta de que la basura espacial amenaza las comunicaciones terrestres

Alrededor de la Tierra orbitan en estos momentos cerca de 7.200 toneladas de basura espacial, una cantidad que se espera que aumente de cara a 2030 ya que la ‘carrera espacial’ continúa en desarrollo y, sobre todo, porque los pequeños satélites de bajo coste invaden cada vez más el espacio, según señalan los expertos del Instituto Estatal Técnico Bauman (Rusia), que alertan de que esta red de desechos se está convirtiendo en un problema global, ya que, entre otros, puede afectar a las comunicaciones de datos de los satélites que miden el cambio climático.







                   Un problema creciente y sin solución

Y la situación se agrava porque es un efecto en cadena, cuantos más objetos hay en órbita, más probabilidades existen de nuevas colisiones y de crear más chatarra a la deriva.

 

La ESA estima que existen unos 750.000 objetos de más de 1 centímetro sin utilidad orbitando a enorme velocidad -56.000 kilómetros por hora- y cuyo impacto contra un satélite o una estación espacial puede causar graves daños.

 

Por el momento no existen soluciones técnicas para este problema y la única medida es prevenir la creación de nueva chatarra.

 

Además, se espera que la basura aumente, porque la carrera espacial continúa su desarrollo y, sobre todo, porque una nueva generación de pequeños satélites de bajo coste han comenzado a invadir el espacio.

 

Elon Musk, fundador de la empresa de coches eléctricos Tesla, y Jeff Bezos, dueño de Amazon, son dos de los muchos empresarios que tienen proyectos para instalar redes de pequeños satélites, o megaconstelaciones, para expandir la banda ancha a todo el mundo.

 

Space X -la empresa de Musk- ha lanzado ya este año decenas de minisatélites dentro de su proyecto para crear una densa red que ofrezcan servicios de internet de bajo coste.

 

"Si bien la nueva tendencia de colocar grandes constelaciones de satélites en órbita podría beneficiar en gran medida las tecnologías de comunicación, también tiene el potencial de generar nuevos desechos espaciales, especialmente por el mayor riesgo de colisión y el mayor número de lanzamientos por año", expone Di Pippo.

 

"Otra preocupación con respecto a estas megaconstelaciones es su posible contaminación lumínica, que podría complicar la observación e investigación espacial", agrega.

 

"Al igual que cualquier otra actividad espacial, los beneficios y los peligros de las megaconstelaciones deberán sopesarse. La transparencia y la cooperación internacional en los procedimientos de colocación de megaconstelaciones en el espacio serán esenciales para mitigar el problema y garantizar la seguridad futura del entorno espacial", abunda la responsable de la agencia de la ONU.

 

            Un peligro para las comunicaciones terrestres

Muchas actividades en la Tierra dependen del espacio, porque cada vez que se hace una llamada telefónica o una transacción financiera, se usa un geolocalizador o se consulta el tiempo, se utilizan datos transmitidos por satélites.

"Debido al riesgo de colisión, los satélites de telecomunicaciones, y en general todos nuestros objetos funcionales en el espacio exterior, afrontan un riesgo creciente de daños por la basura espacial", subraya la experta italiana.

Di Pippo expone que la comunidad internacional trabaja para preserva el espacio como bien común de la humanidad para las generaciones futuras, y se impulsa que los estados y las empresas adopten medidas voluntarias para mitigar la creación de residuos.

Por el momento no existe una regulación internacional obligatoria para evitar chatarra espacial entre quienes participan en la carrera espacial, tanto estados como empresas.

Aunque el número de lanzamiento anuales ha aumentado en la última década -en 2018 se produjeron 111 mientras que en 2008 fueron 66- cada vez más actores diseñan los objetos espaciales para que, una vez cumplan con su cometido, puedan desaparecer de la órbita.

La astrofísica italiana subraya que la tecnología espacial es imprescindible para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.

Sin embargo, "un aumento continuo de desechos espaciales o una falla en la aplicación de medidas para mitigar el problema podría afectar negativamente a estos esfuerzos", advierte.

"Sólo trabajando juntos se pueden encontrar soluciones para el tema de los desechos espaciales: las alianzas y la cooperación entre todos los actores espaciales serán cruciales para prevenir y minimizar la creación de nuevos basura espacial", concluye.

          

 

 



¿Puede caernos encima un trozo de basura espacial?

En estos días se espera que se desplome sobre la Tierra una sonda y los científicos aún no saben dónde impactará ¿Es posible que caiga en zonas urbanas?

Al principio el anuncio pasó casi inadvertido: un satélite europeo que durante cuatro años estudió en detalle la fuerza de gravedad de la Tierra se quedó sin energía y se desplomará sobre el planeta a principios de noviembre.

 

Hasta que un detalle puso en alerta a los científicos de la misión: si bien la mayoría de los 1.100 kg de la sonda GOCE (Gravity Field and Steady-state Ocean Circulation Explorer) se incinerarán al atravesar la atmósfera, hasta 50 fragmentos podrían caer en tierra firme o en el mar.

GOCE ha operado a unos 220 kilómetros de la superficie de la Tierra más bajo que cualquier otro satélite, lo que le ha permitido elaborar el mapa de la gravedad terrestre más preciso hasta la fecha.

 

Pero por el momento la hazaña científica del Ferrari del espacio como fue bautizado el satélite por su diseño elegante parece estar en segundo plano.

 

Por ahora no podemos predecir cuándo y dónde esas partes pueden caer, pero determinaremos con más precisión el área afectada en el momento del reingreso, advirtió la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés), la responsable del satélite.

 

Según explicó, esta incertidumbre se debe a los constantes cambios en la atmósfera, fuertemente influida por la actividad solar.

 

La ESA adelantó que actualizará constantemente sus predicciones y emitirá un alerta a la población si es necesario.

 

Sin embargo, aclaró que los riesgos para la vida humana y la infraestructura son mínimos, ya que dos tercios de la Tierra están cubiertos por agua y vastas áreas del planeta se encuentran despobladas.

 

Aun así, la pregunta que muchos siguen haciéndose es: ¿qué pasa si, a pesar de los peros, alguno de esos fragmentos termina apuntando hacia nosotros?. ¿Hay algo que podamos hacer?

 

Para saberlo, BBC Mundo consultó a la mejor persona para responder este tipo de dudas: el Dr. Nicholas Johnson, jefe científico del Programa de Desechos Orbitales de la NASA, un centro pionero en el monitoreo de basura espacial.

 

Dr. Johnson, ¿existe la posibilidad de que partes del satélite GOCE caigan en áreas pobladas? Sí. GOCE está sobrevolando la Tierra en una órbita que va desde la latitud de 83 grados norte hasta los 83 grados sur. Es decir, sobre una ancha franja horizontal que rodea el planeta entre el Ártico y la Antártica. De modo que los fragmentos que sobrevivan a la atmósfera pueden caer en cualquier parte dentro de esos límites.

 Entonces, con tantos restos de aparatos que entran a la atmósfera, ¿siempre hay algún riesgo para los seres humanos o la infraestructura? El riesgo es pequeño pero no equivalente a cero. Muchos de los desechos que reingresan son muy pequeños y no sobreviven a la fricción de la atmósfera para alcanzar la superficie de la Tierra.

 

Una vez a la semana un aparato espacial o un fragmento de un cohete cae al planeta. Estos objetos a menudo contienen elementos que sí logran atravesar la atmósfera. Sin embargo, la mayoría de estas partes terminan en el agua o en una región escasamente poblada.           

 




           

La atmósfera de la Tierra destruye los meteoros desde adentro.

 

Un nuevo estudio publicado en la última edición de la revista Meteoritics & Planetary Science ha encontrado que los meteoros explotan desde adentro al momento que ingresan a la atmósfera terrestre.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores utilizaron simulaciones por computadora en las que se muestran que los gases de nuestra atmósfera pueden infiltrarse hacia el interior de los meteoros porosos a medida que se precipitan hacia el planeta, creando bolsas de aire a alta presión dentro de los bólidos. Estas bolsas luego pueden, luego, hacer que los meteoros exploten y se rompan en pedazos más pequeños.

Este involuntario sistema de defensa planetario podría ser un beneficio para las formas de vida en la Tierra, ya que evita que meteoros de gran tamaño, y potencialmente destructivos, sobrevivan el tiempo suficiente como para impactar la superficie de la Tierra, dijeron los investigadores.

"Están sucediendo más cosas de lo que se había pensado antes. En pocas palabras, la atmósfera es una mejor pantalla contra los impactos pequeños de lo que habíamos pensado", dijo en un comunicado Jay Melosh, un geofísico de la Universidad de Purdue en Indiana y uno de los autores del estudio.

En el estudio, los autores simularon el meteorito que explotó sobre Cheliábinsk, Rusia, el 15 de febrero de 2013. La roca de 20 metros explotó 29.7 kilómetros sobre la superficie de la Tierra, dañando edificios e hiriendo a más de mil personas. Gran parte de ese evento fue captado en video.

Utilizando las simulaciones, los investigadores intentaron comprender mejor cómo el meteorito de Cheliábinsk se separó y se desintegró al momento que entró en la atmósfera de la Tierra. Sin embargo, a diferencia de los modelos anteriores, las nuevas simulaciones tuvieron en cuenta la porosidad del meteoro, según el comunicado.

En este nuevo modelo se encontró que un asteroide de 20 metros de diámetro se desintegraría en los momentos finales de su vuelo después de entrar en la atmósfera en un ángulo de 45° con respecto al horizonte y con una velocidad de 15 km/s.

Los resultados mostraron que la atmósfera de la Tierra proporciona una mejor protección contra los meteoros de lo que los científicos pensaban anteriormente, al crear una densa reserva de aire frente a la roca y un vacío en la estela del meteoro.

Como resultado, "la burbuja de aire presurizada por delante del meteoro se ve fuertemente atraída por el entorno de baja presión que se desarrolla detrás del meteoro, haciendo que las partículas de aire fluyan rápidamente a través de las grietas y agujeros de la roca desde el frente hasta la parte posterior de la roca", dice el comunicado. Finalmente el aire de alta presión que es forzado a los rincones y grietas del meteoro rompe la roca en la atmósfera superior de la Tierra.

Aproximadamente 48.5 toneladas de materia proveniente de meteoros aterrizan en la Tierra todos los días, según un comunicado de la Unión Geofísica Americana (AGU según sus siglas en ingles). Ahora ya podemos entender uno de los mecanismos con los que la atmósfera del planeta protege su interior: calienta y finalmente desintegra los meteoros.

 

 




EVIDENCIA O PRODUCTO : CUESTIONARIO

1. ¿ Qué entendemos por basura espacial?


2.¿cómo describes la basura espacial y cual es la velocidad de su movimiento ?

 

3.¿cuáles son los peligros de la basura espacial ?

 

4.¿Puede caernos encima un trozo de basura espacial?

 

5.Describa las capas de la atmosfera  y realiza la respectiva grafica


Evidencia o producto :Elabore un tríptico sobre la atmosfera.



 

Distancia de la tierra a la luna: 384.400 km

Distancia de la tierra al sol : La energía del Sol tarda ocho minutos en llegar desde su superficie a la Tierra, y sabemos que el astro rey se encuentra a, aproximadamente, 149.597.870 kilómetros.

 

 Conversión de unidades:







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